miércoles, marzo 26, 2014

Viajes

Hace mucho no escribo aca. Igual no tengo casi seguidores y son todo pensamientos mios.

El tema de esta entrada son los viajes familiares, todos hablan sobre lo genial que es viajar, los lugares que uno va a conocer, y las experiencias que vas a vivir. También siempre están los artículos de recomendaciones, de estrategias para que la experiencia sea genial y puramente positiva. Yo no diré nada de eso, bueno un poco pero con un breve relato de lo que sentí y me pasó en mi ultimo viaje en auto al sur.

El antes del viaje

Vivo en Argentina, en el norte cerca de Brasil y Paraguay, en una provincia llamada Corrientes (específicamente en la capital). Ya conozco la parte sur de mi país, pero no me rehusaría a ir de nuevo porque francamente me gusta mucho el paisaje y me gusta viajar. El problema se da un poco lo días antes de subirnos al auto y comenzar. Todos te dicen qué tipo de ropa y abrigos llevar, qué clase de hotel elegir; algo que los que viajamos mucho sabemos con seguridad es que no hay que poner mucha ropa en la valija porque no vas a usarla toda. Eso se aplica incluso a los abrigos. 

Si alguien es como yo, que odia los cuellos altos o que se asfixia fácilmente es malo ir a lugares donde tienes que abrigarte hasta el dedo gordo de la mano, porque realmente hace frío y tienes que ponerte cosas en el cuello. Para esos casos siempre es bueno tener un par de pañuelos o bufandas que puedes sacarte rápidamente antes de descomponerte. Lo bueno para una valija para esos lugares son: varias camisetas no entalladas, dos de fibra (de esas que se fabrican con la tela de la media cancan) y dos calzas térmicas o solo dos calzas: una más gruesa que la otra. La capa de ropa estilo cebolla funciona re bien por lo que experimente. Eso sí: odié los guantes y el gorro (el cual terminé perdiendo).

En definitiva la previa del viaje es un caos: arreglar la ropa, acomodarla. Sumado a eso tuve que lidiar primero con el hecho de no encontrar el bolso que yo quería llevar que siempre me fue cómodo. Lo peor fue que cuando lo encontré me dí cuenta que no era lo suficientemente grande, así que tuve que usar uno viejo que a duras penas pudo abrirlo mi madre. Solo les diré: no duró mucho. Terminó con el cierre roto en la primera parada.

Un dato que nadie dice o que no he visto al menos es dejar una muda afuera para esas noches que son de paso. Es decir: ropa para dormir y ropa para seguir viaje. Nada más ni nada menos. ¡Es lo más útil!

La otra parte de la previa del viaje es la selección de la ruta: para ir al Sur tienes muchas opciones y muchos lugares que visitar así que debes saber qué vas a hacer y qué quieres realmente ver. Hay que saberlo porque de ese modo puedes organizar bien el viaje y decides los lugares de paso para reservar (porque es mejor hacerlo o puedes llevarte el fiasco de no conseguir lugar)

Durante viaje


Muchos dan consejos sobre cómo armar viajes como hacer los bolsos y como elegir la ropa. Pero no siempre hablan sobre todos los inconvenientes o situaciones extrañas que se viven durante los viajes. Eso sí: una debe respetar todas esas indicaciones y averiguar las cosas antes de salir de la casa.

Uno de los problemas que existe al viajar es la ruta a seguir.  Los GPS son útiles pero son complicados porque son difíciles por el tema de las colocaciones y no siempre se les entiende ya sea porque no entendemos la imagen o lo que está diciendo. También suele ocurrir que si por esas casualidades no está cargado una parte del mapa estás solo. Por esa razón no hay que olvidarse jamás de los mapas papel y tener los mapas actuales de lugares de paso para estar seguros de no errar en una rotonda.

Y ni hablar de lo que sucede cuando se equivoca el camino y llevas horas en ruta.  En dos ocasiones nos pasó que se confundieron los recorridos y se calentaron los ánimos. A veces las indicaciones que se dan no sirven... Otras están mal porque ya sea el GPS o el mapa indican mal. Lo peor es que se enojan entre ellos por tonteras como la dirección seguir. En vez de decir sólo sí o seguí de largo o dobla pueden decir mejor las cosas. No sé. Era el primer día y las cosas recién empezaban.  La otra cosa que sucede es el camino puede estar mal porque está todo roto o descuidado.

Siempre quien viaja en el asiento de atrás es el segundo copiloto porque es el que tiene los mapas a un lado, tiene parte de la comida, y suele tener que pasar otras cosas (por ejemplo anteojos, carteras, gorros). Al menos en este viaje fue así: los planos que no estaban adelante, se encontraban en el asiento de atrás, lo mismo que la comida.

Me gustan los caminos tipo aventura tienen paisajes espectaculares. Pero traen un adicional de pánico miedo morbo y te tiene que gustar. Mucho. Porque vas rezando más o menos. Ver los precipicios las curvas cerradas o en las cuales no se ve sí viene o no otro auto. Ahora en el camino a valle hermoso vi un camión que iba al cual no deberían deja pasar porque no deja pasar a otros. Algo que siempre me desespera es que en algunas curvas no hay lugar para dos autos ya que son muy angostas o son del tipo “lenguas” que bajan de manera demasiado pronunciada y no puedes ver si vienen otros autos.



(Son dos rutas distintas, no recuerdo donde eran pero estoy casi segura que la segunda es llendo a Valle Hermoso)

Hay veces que para conocer lugares hay que arriesgarse y vencer el miedo o recelo de una.  Cuando fuimos  a la Caverna de las brujas y aunque tenía miedo de una parte llamada la gatera resulto mejor de lo que esperaba. Lo peor es que ese “miedo” era infundado por otras personas pero nunca a mi familia y a mí nos dijeron de la realidad del lugar: nos habían dicho que teníamos que gatear, que teníamos que andar arrodillados y no te podías parar. ¡Yo me imaginaba un pasillo bien estrecho por el cual apenas cabíamos! Pero nada que ver. Más bien son como grutas o huecos por los que uno debe pasar agachado y tener cuidado de no golpearse la cabeza (suerte que te dan cascos), no era para asustarse solo hay que tener cuidado donde se pisa y hacer caso a las indicaciones de los guías. Eso sí: hay que tener cuidado con la subida hasta la entrada de la caverna que es empinada y si no tienes tan buen estado, hay que ir despacio.

 En ocasiones lo mejor es arriesgarse a ir a lugares y caminar. Ya antes dije que uno tiene que vencer sus miedos y arriesgarse a las cosas. El otro día escale una especie de montaña en sandalias y valió la pena. Fue gracioso porque al inicio no lo estaba por hacer, pero luego de conversar con mi padre nos mandamos, no fue muy difícil al inicio porque el suelo estaba bien compacto y tampoco hacia tanto calor, eso sí cuando llegamos al cartel que indicaba la finalización del recorrido cambiaba drásticamente el  suelo. A partir de allí era flojo y ahí sí que tuve que amañarme para seguir adelante y no caerme, puesto que si pisaba mal al no tener tracción podría haberme caído. Finalmente llegamos hasta casi la entrada de unas formaciones de roca que parecían un castillo y la vista valía la pena todo el esfuerzo. Aunque también hay que saber cuánto puede hacer uno y cuanto puede arriesgarse. Había una excursión que me hubiera gustado hacer pero sobrepasaba mi estado físico. Hay que informarse bien sobre las cosas y lugares y no mandarse al tuntún.




Una de las cosas malas de los viajes con la familia es cuando se enojan o se encantan con algo como una foto o un recorrido. En una ocasión mi padre quiso sacar una foto de los tres y aunque le dije que la máquina fallaba no me hizo caso y siguió intentando al pedo. Cuando le dije que mejor lo dejábamos, se enojó y prácticamente nos obligó a pararnos para intentar sacar la foto. En verdad eso arruina algunos momentos porque una quiere disfrutar y que te quieran obligar no es lindo. Especialmente sí se enojan con uno por boludeces.

Los viajes en familia son lo mejor cuando se es chico pero a medida que uno crece se da cuenta que sí ben es genial conocer nuevo lugares y paisajes ya no tanto el viaje en sí. Creo que este será mi último viaje con mi gente. Me gusta pasar tiempo con ellos pero me cansaron con sus chinches. Mamá con sus nervios con la velocidad y papá con la misma pero que siempre tiene que ir rápido o que tenemos que reaccionar al instante. Siempre hay que estar a la defensiva con ellos. Mamá para que no me rete ya sea por lo que consumo o digo. No sé qué problema puede haber en usar frases del lugar de uno. En cuanto a papá todo debe ser como él quiere. Nada de como uno puede o le salga, es como él quiere y ya. Sí bien hay buenos momentos en las que la pasó bien. Hay otros en los que o quiero bajarme del auto y caminar o quiero volver en colectivo para regresar a mi casa. Cada viaje he terminado más agotada que el anterior.

A pesar de todo, estos viajes siempre están en el recuerdo. Cuando se viaja no solo terminas de conocer partes de tu país, y lugares que te quedan grabados a fuego en la memoria. Pero sin lugar a dudas, las anécdotas son lo mejor.